Este tipo de delitos son especialmente graves porque no solo afectan a la víctima directa, sino que también tienen un impacto en toda la comunidad o grupo al que pertenece la persona atacada.

En los últimos años, la administración española ha intensificado los esfuerzos para perseguir y prevenir los delitos de odio. Algunas de las medidas adoptadas incluyen:

  • Creación de Fiscalías especializadas: Existen unidades especializadas dentro de la Fiscalía que se encargan de investigar y perseguir los delitos de odio. Estas fiscalías colaboran con las fuerzas de seguridad para asegurar que los delitos de odio sean detectados y sancionados de manera efectiva.
  • Formación para las fuerzas de seguridad y el poder judicial: La Policía Nacional, la Guardia Civil y otras fuerzas de seguridad reciben formación específica para identificar, prevenir y actuar ante los delitos de odio. Además, jueces y fiscales también reciben formación para garantizar que las sanciones sean adecuadas y proporcionales a la gravedad de los actos.
  • Campañas de sensibilización: El gobierno y otras instituciones públicas han llevado a cabo campañas de concienciación dirigidas a la población en general para promover la tolerancia y el respeto a la diversidad.
  • Creación de la Oficina Nacional de Lucha contra los Delitos de Odio: Esta oficina, dependiente del Ministerio del Interior, coordina las actuaciones a nivel estatal para prevenir y combatir los delitos de odio. Entre sus funciones, se encuentra la recopilación de datos y estadísticas sobre estos delitos, la asistencia a las víctimas, y la colaboración con organizaciones de la sociedad civil.

PROTOCOLO DE ACTUACIÓN DE LAS FUERZAS Y CUERPOS DE SEGURIDAD PARA LOS DELITOS DE ODIO.